martes, 11 de noviembre de 2014

Mª del Carmen Cabrera: ´La desalación de agua impulsó el ´boom´ turístico de los 70´



Las IV Jornadas de Cultura del Agua que se celebran esta semana en el Molino del Conde abordarán, entre otros temas, las aguas subterráneas de Canarias, una ponencia que ofreció ayer tarde María del Carmen Cabrera Santana, doctora en Geología en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. En esta entrevista expone la importancia que ha tenido históricamente el agua para el desarrollo insular y la explotación de los recursos hidráulicos subterráneos.




En su ponencia usted expone que el 80% de los recursos hídricos que se utilizan en Canarias son subterráneos pese a que los recursos no naturales han experimentado un gran desarrollo.
Cada isla del Archipiélago es un mundo distinto. Mientras que en Lanzarote apenas tiene aguas subterráneas, las islas de La Palma y La Gomera, por ejemplo, cuentan con muchos recursos hídricos subterráneos. Si nos centramos en Gran Canaria, esta isla ha tenido una explotación de estos recursos más intensiva que otras y ha sufrido más merma en las aguas subterráneas. Lo que ocurre ahora es que el mercado se va regulando y el uso de desalinizadoras o la reutilización de aguas depuradas han frenado esa explotación tan intensiva. De hecho, según datos del Consejo Insular de Aguas, los acuíferos se están recuperando en Gran Canaria en los últimos años, pero es una recuperación lenta.
¿El avance de la tecnología hídrica no debería acelerar esa recuperación de los recursos subterráneos?
Las desalinizadoras y depuradoras ayudan, pero hay un hecho que es innegable, tenemos los mismos recursos de agua, pero la población que los consume crece de manera exponencial frente a la lenta recuperación de las aguas subterráneas.
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¿El Tratado de Kioto, que tendrá continuidad, ha solucionado algo?
El Tratado de Kioto ha sido unas palabras muy bonitas, pero no ha avanzado nada porque sus principios chocan con las potencias industriales, contra el poder económico y el político. A los científicos se nos considera gente rara porque llevamos años avisando de cosas que pueden pasar y que ya están pasando, chocando contra la realidad actual. Nuestro planeta tiene 4.500 millones de años y la especie humana lleva solo un millón de años, pero su explotación del planeta es destructiva. Estamos siguiendo los mismos pasos que otras especies ya desaparecidas y la Tierra cada vez soporta menos la sobreexplotación humana.
Comenta que las desalinizadoras y depuradoras alivian el consumo de los recursos subterráneos. ¿Qué han supuesto en islas como Gran Canaria?
Estas infraestructuras han supuesto que tanto las aguas de abasto como las de riego se puedan obtener sin hacer una explotación intensiva de los acuíferos, pero suponen también un coste energético, es cambiar agua por petróleo, estamos dependiendo del petróleo y no hay otra. La dependencia del agua es dependencia de energía. Además, para los agricultores, por ejemplo, es rentable. El agua de riego para sus plantaciones es agua buena, que se desaliniza y se depura y se puede utilizar perfectamente para regar y con un coste económico aceptable.
¿Esta explotación intensiva de los acuíferos ha dañado la calidad del agua?
La naturaleza volcánica de las Islas influye en la calidad del agua subterránea. Lo que ha ocurrido es que las aguas de pozos y galerías han sido utilizadas exhaustivamente desde finales del siglo XIX en Gran Canaria, Tenerife y La Palma, y ha dado lugar al desarrollo de una infraestructura de captaciones muy compleja y la explotación intensiva de los acuíferos insulares, como ha sido en Gran Canaria. La calidad, por tanto, ha sufrido la presión humana en los últimos años, con problemas de contaminación por retornos de riego, que se ha hecho con fertilizantes, pesticidas o restos de fármacos, y por la intrusión marina, cuando se han explotado cerca de la zona costera y ha ido rompiendo el necesario equilibrio entre agua salada y agua del acuífero. El origen volcánico de las Islas también ha supuesto la existencia de manantiales con gas, que han dado lugar a una industria de agua con gas.
¿Dónde hay más calidad en los acuíferos subterráneos en Gran Canaria?
Existe un solo acuífero y en cada isla tiene su situación. El agua de las medianías y de la cumbre es la mejor porque es donde llueve más y digamos que el agua es más joven, mientras que en el resto el agua es más antigua o, en caso de la costa, con problemas de intrusión del agua del mar. Por eso, el agua de la cumbre es más cara.
¿En qué ha influido la mejora de la infraestructura hídrica?
Con la aparición de las desalinizadoras y las depuradoras se abre una cultura del mejor aprovechamiento del agua, un bien escaso. Si las aguas desalinizadas se usan para el abasto de las ciudades y se complementa con la de las aguas subterráneas, las aguas regeneradas, es que como se denominan hoy por ley, y anteriormente llamadas depuradas, se deben usar y no tirarlas al mar. En este tema, el Consejo Insular de Aguas ha hecho una gestión adecuada. El agua regenerada no puede utilizarse para el consumo humano, pero sí para el riego, porque abarata su coste a los agricultores. Es un agua que no solo se trata, sino que también se le quita la sal y tiene calidad. El agua se ha aprovechado toda la vida y también gracias a su explotación ha ayudado al progreso de las Islas. En Gran Canaria, el boom turístico de los años 70 no habría existido sin el aprovechamiento del agua de mar con las desalinizadoras, que pudieron cubrir la demanda no solo de la población isleña, sino también de la gran cantidad de turistas que empezaban a llegar a la Isla. Otra consecuencia social fue que gracias al aprovechamiento del agua subterránea para el riego, también se estimuló la economía de la isla, frenando la emigración a Venezuela y otros países a los campesinos que aquí no tenían nada que comer. Se pudieron mantener las fincas y las explotaciones ganaderas, lo que evitó la marcha de muchos canarios
Hablando de infraestructuras, ¿qué le parece el proyecto del Trasvasur?
Es un proyecto faraónico que empezó en los años 70 del siglo XX: tenía su sentido en aquella época, con unos acuíferos con mucha agua, pero en la actualidad no tiene un futuro nada claro. Tuvo problemas con los materiales que se encontró durante su construcción. ¿De dónde se va a coger el agua si no hay suficiente?
Estas jornadas hablan también de balnearios y aguas minerales. ¿Es posible volver al turismo termal del siglo XIX que tanta fama dio a las Islas?
No. El turismo de balnearios fue muy popular en Canarias, pero ya no hay agua de manantial como las existentes en el barranco de Azuaje, que procedía de un naciente situado en una cuota de 400 metros, pero ha desaparecido y el agua se encuentran a gran profundidad. Para sacarla habría que montar una infraestructura muy compleja y cara. Antes salían de los manantiales como el de Los Berrazales, el propio Azuaje, pero ya no ocurre.

Fuente: La Provincia-DLP (edición digital)

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